
“Poseo todos los recuerdos, los antiguos y los nuevos.
Tengo en mi memoria la torpeza del primer encuentro, las primeras risas nerviosas, el primer “¿me escribirá?, el olor a perfume de la primera cita, el pánico de la primera vez que te la llevaste a escalar. Los cien mil cambios de ropa, los “hoy no vengo a cenar”.
La primera vez que entraste en nuestra casa, las botas de montaña, la ropa de hombre colgando en nuestro tendedero, la sensación de familiaridad al ver tu silueta en el sillón.
Tengo en mi poder el recuerdo más potente, verla salir de nuestra casa de tu mano para emprender una vida contigo.
Tengo muchos recuerdos y muchos más que aún están por llegar
Y eso es lo que te regalo, te regalo los recuerdos almacenados en mi memoria, puedes acceder a ellos cada vez que quieras sentados a una mesa con un buen vino, quien sabe si los tres, cuatro, cinco, seis…
Te regalo las imágenes de vuestra vida también. ¡Ojo, es un regalo a larguísimo plazo!
Y te lo regalo como recompensa a lo que me has regalado, la imagen de mi “hermana pequeña” brillando”
Para Yoeri de Déborah





























